domingo, 3 de mayo de 2015

YOGA Y MEDITACIÓN LLAMAN A TU PUERTA... ABRELE QUE ESTAS DE SUERTE

En esa frase pienso a diario, por mi propia experiencia solo puedo pensar así.
El yoga llamo a mi puerta hace más de 15 años, pero fue muy sutil y no supe verlo entonces, ojala hubiese sido así.
Trabajaba como monitora aerobica en un gimnasio y un chico daba un par de días a la semana yoga, a mi me pareció que no estaban haciendo nada, allí sentados a media luz, callados, sin música... ni siquiera entre a probar.
Lo cierto es que por aquel entonces muchísima gente no entendía aquella forma de “hacer deporte” puesto que como no sabíamos que era así lo vimos en el gimnasio y esas clases duraron un par de semanas nada mas. Una pena.
Ahora estoy segura de que no lo vi porque no era mi momento.

La vida siguió igual para mi, tenía un trabajo que me gustaba por aquel entonces, la familia controlada, la economía llevadera, los amigos muchos, bueno sobre esto ultimo también yoga me ha enseñado quien es mi amigo y quien no. Quien me hace crecer y quien me detiene, es una parte genial del yoga también.

Llego a España la crisis, finales de 2008 y todo al rededor parecía derrumbarse. Por esa época tuve que empezar a cargar con todo, me sentía responsable del bienestar de la familia, de que no faltase nada, los hice dependientes de mi. Fue un horror, pero yo no hacia nada por evitarlo, solo quejarme, y bastante fuerte y alto por cierto aunque nadie parecía escuchar.
Y lo peor es que todo seguía empeorando. Culpas todo lo externo y solo sigues atrayendo mas de lo mismo, no te sientes agradecida en ningún momento por nada de lo que tienes, cuando la realidad es que tienes mucho... pero no puedes verlo.
Ni siquiera mi trabajo que ame siempre ya me satisfacía, me levantaba renegando de tener que ir y regresaba protestando por lo que me iba a encontrar... me estaba transformando en una persona que no me gustaba nada ni a mi ni a los que me rodeaban que no entendían que me pasaba, el porque estaba sufriendo tanto.
Nada parecía tener sentido para mi. Fue entonces que empecé a darle vueltas a la cabeza a la idea de que yo estaba aquí para otra misión que no fuera solo encargarme de los demás, que tenía derecho a ser feliz. Había situado la felicidad bastante lejos e inalcanzable, tampoco me daba cuenta que la felicidad esta en el camino siempre. Y que es una actitud que debemos adoptar todo aquel que quiera sentirla.
Una alumna del gimnasio me hablo de las meditaciones, que me ayudarían a calmarme me dijo. Empezaron a caerme libros en las manos casi sin darme cuenta de desarrollo personal, crecimiento, desapego.... leí muchísimo, escuche cientos de audios motivacionales y empecé a ver la vida de otra forma.
Con las meditaciones fue mas difícil, pues no lo tenia tan claro, me esforzaba en dejar la mente en blanco (es lo que tiene no saber meditar ni entender que es exactamente) me ponía tan nerviosa con el intento que el corazón se me salía del pecho, tenía que levantarme y dejarlo. Pero no se porque razón al día siguiente volvía a intentarlo, y busque mucha información y cursos por internet. Poco a poco al menos era capaz de estar calmada, ya no solo mientras el tiempo que me dedicaba a meditar, me di cuenta que la calma se extendía la mayor parte del día. Lo mejor de todo es que los demás también lo notaron y se alegraron mucho por ello. El ogro en que me había convertido estaba desvaneciéndose.
Buscando información sobre meditar fue que encontré el yoga e igualmente milagrosamente llegaba a mis manos mucha información relacionada con el yoga, hasta una monitora que empezó a trabajar en mi gimnasio conmigo daba yoga y me trasmitía tanta paz y dulzura que dedicí que eso es lo que yo quería sentir y trasmitir a los demás. Desde entonces empece a formarme en esta filosofía.

Podría hablar muchísimo de yoga, de tantos y tantos beneficios que te aporta, físicamente, mentalmente, emocionalmente... es una herramienta muy eficaz para conseguir meditar y estar presente la mayor parte del día a día en tu vida.

Pero yo solo voy a resumirlo en dos beneficios primordiales, porque es lo que mas valoro de lo que me aporta a mi cada día 
PAZ INTERIOR Y FELICIDAD.
Así que amig@ si el yoga llama a tu puerta ÁBRELE. Porque la paz interior y la felicidad existe en cada instante de tu vida. Yo la siento pase lo que pase a mi alrededor, así que tu también puedes
Namasté