Nuestra vida esta llena de momentos buenos y momentos que no lo son tanto.
Pero en la mayoría de ellos se esconde por mas contentos que parezcamos el miedo.
Tenemos miedo a que el momento acabe, a no lograr esto o aquello, a perder lo que amamos... pero el mayor de los miedos suele ser el conocimiento de que algún día nuestro cuerpo dejara de funcionar. Así la felicidad nunca es completa.
Creemos que para ser felices debemos reprimir e ignorar el miedo, negamos el miedo porque nos incomoda pensar en todo lo que nos asusta.
Pero por mas que nos empeñemos en ignorarlo el miedo sigue presente.
La única forma de liberarse y ser realmente felices consiste en reconocerlo, dejar de escapar de el, ser consciente de que esta ahí, mirarlo cara a cara y afrontarlo.
Tenemos miedo a cosas externas que no podemos controlar, nos preocupa enfermar, envejecer y perder lo que queremos.
Así es que nos aferramos a las cosas que nos interesan, como nuestra posición, nuestras propiedades y a nuestros seres queridos.
Esa identificación no pone fin al miedo porque la verdad es que todo eso a lo que nos aferramos es finito y algun dia desapareceran.
Por mucho miedo que tengamos a perder nuestro poder siempre podemos mirarlo de frente y transformarlo, dejar de estar a su merded.
Practicar vivir plenamente en el presente puede proporcionarnos el valor necesario para enfrentarnos a nuestros miedos sin que seamos arrastrados por ellos.
Estar plenamente atento significa ver profundamente, conectar con nuestra verdadera naturaleza y reconocer que nunca perderemos nada, porque nada nos pertenece.
Namasté
